lunes, mayo 07, 2007

Sarko, sí

Ganó Sarkozy. Aunque para muchos Ségolène simbolizaba un cambio radical en Francia, se ve que a los franceses no les ha parecido así. Y resulta llamativo que el tan citado "cambio" que querían unos y otros haya sido al final el continuismo: ¿por qué los socialistas no han sido capaces desde la oposición de ofrecer una idea de renovación convincente?

El socialismo francés vive una crisis interna fuerte. La vivía cuando Le Pen llegó a la segunda vuelta de las últimas elecciones generales, y la vive ahora. Dirán que si Ségolène Royal no ha contado con el apoyo de su partido, que si estaba sola contra todos. Pero resulta un pretexto insuficiente para justificar una derrota previsible y dolorosa.

Ahora toca debate interno; pero los resultados muestran una serie de datos para la reflexión. En primer lugar, la creciente preocupación por la seguridad ciudadana (no sólo en su concepto tradicional, sino desde una perspectiva más amplia del llamado "Estado del bienestar"), muy ligada a la concepción negativa de la inmigración que tienen los países potencialmente receptores.

Ese es, sin duda, el caso de Francia; y por eso creció Le Pen. Y por eso también los socialistas no han podido doblegar a una UMP salpicada por el caso "Clearstream", con Villepin y Chirac tocados y hundidos.

Tampoco la "fuerza joven" pudo con Sarkozy. Y la respuesta a por qué ganó la dieron ellos mismos saliendo a la calle a quemar coches por no aceptar los resultados que dicta la democracia.

El que es tomado tradicionalmente como el país más chauvinista del mundo, con un amor a su patria y su bandera sólo comparables al de EEUU, vieja gloria europea venida a menos y en claro declive económico quería cambiar. Pero ha apostado por la fuerza y la garantía antes que por la sonrisa y el encanto. Igual que hizo Alemania con Merkel. La cuestión es qué sucederá en España.

Por lo pronto, con Royal ha pasado lo que pasó en su día con Al Gore: parecía que los americanos no podían ser tan estúpidos de reelegir a Bush; parecía que Francia no olvidaría los suburbios ardiendo. Pero Al Gore cayó y cayó Ségolène. En España nos vendieron ambas burras y ambas resultaron ser falsas.

Europa gira hacia la derecha como consecuencia inevitable de los flujos migratorios, la recesión económica y la crisis de sus instituciones. El tiempo de las sonrisas acaba cuando ya no hay tantas monedas en el bolsillo. Volverá el tiempo de la sonrisa cuando vuelvan a menguar los derechos sociales. Al tiempo.

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