lunes, junio 04, 2007

¿Cuál será la clave de las generales?

Guste o no, las elecciones municipales y autonómicas han supuesto el primer sondeo de las generales que se celebrarán de aquí a un año (por más que la prensa conservadora y algún globo sonda de la progresista hable de un adelanto electoral). Pero hay varias cuestiones a tener en cuenta para saber qué puede pasar en la próxima cita electoral.

Para empezar, hay dos detalles que eximen a las elecciones que acabamos de pasar de ser un reflejo neto de lo que pasará en 2008:

-No es lo mismo votar un alcalde o presidente de la comunidad que votar a un partido. Mucha gente vota por cercanía, sobre todo a los alcaldes, da igual de qué partido sean: cuenta la persona. En el caso de la Comunidad Autónoma, aunque sí se tiende a un perfil más ideológico, se suele buscar una gestión eficaz y también cercana. En las generales se vota a un partido o, más comunmente, se castiga al otro partido (se vota, por desgracia, por oposición, no por convicción).

-No han votado todas las autonomías. Y, curiosamente, salvo el caso de Galicia, donde ganó el PP pero gobierna el PSOE con apoyo del BNG, en todas las demás autonomías que no han ido a las urnas ahora, gana el PSOE. Pasa en Euskadi, aunque por poco, y pasa por mucho en Cataluña y Andalucía ¿A que cambia el cómputo global si se cuentan todas las autonomías y no sólo las que han votado en 2007?
Tras las elecciones, en el PP hay dos preocupaciones fundamentales:
-Conseguir apoyos. Llevan años de travesía en el desierto gracias al legado de Aznar: salgo coyunturas locales, ningún partido pacta con el PP; ni siquiera los teóricamente afines, como CiU, cuyo candidato a la Generalitat, Artur Mas, llegó a firmar ante notario que no pactaría con el PP. De ahí que la obsesión de Rajoy sea que gobierne la lista más votada, algo que el PSOE -sabedor que lo tiene más fácil para conseguir pactos-, rechaza. Hay dos alternativas:

1. Cambiar al Ley electoral (D'Hondt), creada para evitar la disgregación del poder en una democracia recién nacida, y cuya abolición significaría un voto realmente directo -no que el voto de un tipo de Zamora valga el doble que el de uno de Barcelona-, lo cual fomentaría el bipartidismo y pondría en jaque a los nacionalistas menores (aunque algunos partidos "mayores" se verían beneficiados).

2. Buscar aliados, cosa que ya está haciendo, aunque antaño criticara despiadadamente a los que hoy quiere como amigos. En este punto puede estar la clave, especialmente después de que Zapatero se la jugara a Mas que, tras salvarle el Estatut al Gobierno, se quedó compuesto y sin Generalitat gracias a un nuevo Tripartito.

-Las luchas internas. La sombra de la derrota electoral en 2008 pendula sobre la cabeza de Rajoy como una espada de Damocles. Y si pasa, ya hay dos buitres acechando la presa, lo que ha dejado de ser algo opinable para convertirse en algo público y notorio.
Por su parte, en el PSOE tienen otras dos preocupaciones:
-Que ETA no atente. Y parece que conjuran el peligro de la única forma que se les ocurre: diciendo, a través de los altavoces mediáticos afines a Ferraz, que viene el lobo. A ver si, como suele pasar cada vez que lo advierten, no viene.

-Llevar a buen puerto el juicio del 11-M y empezar a cobrar la factura del fiasco y el engaño general de la teoría conspiratoria, fiasco y engaño que aún no se han cobrado pese a ser mayúsculo y sangrante. Y si no lo han hecho es porque esperan el momento clave, el de la sentencia judicial, para arrancar la campaña con aquellas palabras de Rajoy y las verdades que no quisieron ver los que entonces estaban en Moncloa y hoy pretenden volver.


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