Escribía este viernes para la edición de 20 Minutos de este lunes un pequeño reportaje que la actualidad se ha encargado de deshechar: el número de secuestros al año en Colombia decrece, pero sigue teniendo cifras escalofriantes. Es más, se exporta a otros países.
Los secuestros en Colombia notan un significativo descenso: de los 1402 (según Amnistía Internacional, según la organización colombiana "País Libre" (PDF) son 1440) registrados en 2004 se ha pasado a los 751 en 2005 (800 para "País Libre") y a los 687 en 2006.
Esta práctica va bajando en Colombia, pero crece en Venezuela, especialmente desde que Chávez gobierna (1.500 secuestros en estos últimos 10 años según algunos informes). Otros países lamen las heridas de dictaduras militares pasadas: Perú (24.000 muertos, casi 8.000 desaparecidos), Guatemala (40.000 desaparecidos a finales de los '80), Haití (donde siguen las detenciones ilegales), Argentina (8.960 desaparecidos oficiales y 30.000 según otras estimaciones) o Chile (3.197 desaparecidos entre 1973 y 2004).
Y es que esta práctica delictiva es un sabroso negocio para los grupos paramilitares y otras organizaciones delictivas: se calcula que engrosan al año 615 millones de euros entre rescates y tráfico de drogas.
Los expertos distinguen fundamentalmente tres tipos de secuestro:
En Colombia el Ejecutivo aprobó una ley para "desmovilizar" a los paramilitares, pero varias organizaciones han denunciado dicha ley por ser, en realidad, un intento del Gobierno por encubrir los lazos de las Fuerzas de Seguridad con los propios paramilitares: ellos dejan de actuar a cambio de que sus crímenes queden impunes, el Ejecutivo se apunta el tanto de reducir el número de paramilitares y, además, acalla la culpa de sus propios funcionarios.
Por el lado patrio también se notan los efectos: 29 españoles han sido secuestrados desde 1996, dos en 2006: el médico naturista español José Vicente Colastra y su hijo Sergio (liberados tras dos meses), y dos a finales de abril de este mismo año: Francisco Muradás y Nicolás Alberto Cid Souto, ancianos de más de 70 años, ambos en Venezuela.
Sucede que, además, los delincuentes se asocian: los secuestradores en ocasiones "venden" rehenes a los paramilitares, que les retienen de forma indefinida en sus grandes infraestructuras en zonas selváticas aisladas. La situación, pues, no es tan halagüeña como cabría pensar gracias a los datos oficiales.
...si quiere conocer algo más sobre los secuestrados.
lunes, mayo 21, 2007
El drama de los secuestros en Colombia
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